Después de realizar una alucinante ruta en bici por los hayedos a los pies de la gran roca de
conglomerado de Montorte, como
secuela, me entraron ganas de ir un poco más allá, explorar y conocer más pausadamente
los secretos que atesora esta magnífica roca que surge de entre la vegetación verde
de la cara caliza meridional de Sierra Cantabria,
justo por debajo del Avellanal.
Me desplazo con mi vehículo hasta el Nacedero (820m.), una zona de esparcimiento con fuente, mesas
y bancos de piedra entre los luminosos robles
y sombríos hayedos. Se accede hasta
este precioso lugar, desde una curva (Km 74) de la carretera A-3228 al norte de Kripan. Tomamos la pista de la derecha que tiene algunos tramos
“asfaltados” y vamos superando la pendiente entre sembrados
y robles.
Cripán/Kripan y detrás Montorte |
Montorte |
Nacedero |
En este recomendable lugar, camino hasta la parte NO, buscando
un camino que se abre paso entre la
abundante vegetación y que asciende con fuerte desnivel.
Justo llegados a la parte alta de la cuesta y antes de bajar
(850m.), estar atentos y tomar un sendero
a la derecha que se intuye entre el boj.
Vamos caminando en ligero ascenso yendo a buscar en poco rato, la pared de roca
que está rodeada por las majestuosas hayas.
Aquí se esconden los abrigos, refugios y morada de los primeros pobladores de estos lares, donde nos han dejado evidencias de ello desde el paleolítico.
Yacimientos de Balanciego o Cueva del Ermitaño |
A lo largo de la pared de la gran roca de Montorte se localizan las oquedades escavadas de los yacimientos denominados Balanciego I y II (900m.) y superando la fuerte y resbaladiza pendiente entre los troncos de las hayas y escorando el rumbo hacia el E. (hitos a la derecha) el de Peñalarga (937m.), en una espolón rocoso que nos separa de un encajonado barranquillo.
Yacimiento de Peñalarga |
Llegados a este punto, recomiendo encarecidamente no seguir
mis pasos y regresar al Nacedero.
Para así acometer el acceso por el barranquillo aledaño tras un claro en el
bosque al N. (849m.) Hay que buscar o intuir mejor dicho bajo la hojarasca, un sendero intermitente que
en un principio sigue el cauce que se abre paso entre el hayedo
y que más adelante se muestra más evidente y ancho, superando el costoso
desnivel entre el boj,
que para nada resulta cómodo (marco esta variante en azul en el mapa).
Volviendo
a hablar de mi libro ,yo lo que acometí es una “desenfrenada huida hacia
delante casi sin retorno”, una auténtico atajo de nivel jabalí superior
(como decía el maestro Simón), ascendiendo costosamente por la empinada y deslizante
ladera, agarrado a los troncos, encaramándome a lo alto del comienzo de la roca
de Peñalarga, y buscando la bajada
de ella, abriéndome paso como un animal, entre una selva de bojes y
hayas de todos los tamaños, buscando con el GPS el rastro del camino
salvador, una ruta montañera ¡brutal !. Lo curioso del asunto, es que aún parece
que me funciona el olfato y entre el caos desesperante, encontré el camino
ascendente, con una satisfacción inmensa J.
Ascendiendo contento por el empinado sendero (980m.) tengo a la vista la pared rocosa (cara N de Montorte) a mi izquierda y al poco tiempo, un ramal se me une por la derecha que prolongándolo conduciría al camino de Costarrada que sube hacia la bifurcación que conduce al Puerto Nuevo o de Kripán (1068m.) y hacia El Avellanal (1155m.),-esta es otra buena opción-.
Empinado sendero |
La subida se acaba tras un paso (1093m.) entre bojes y el panorama se abre grandioso, hemos subido tanto, que la cumbre (apenas un hito) de Montorte de 1095m la tenemos a tiro de piedra. Caminando cómodamente hacia el E, mejoran las vistas de las laderas de Peña Alta, y sobre Rioja Alavesa. El “gran pedrusco” tiene varios barranquillos que se precipitan verticales hacia sus pies.
Fósiles en la cumbre de Montorte |
Montorte |
Vuelvo hacia atrás y prolongo la asequible subida por una senda poco marcada (casi
cerrada) entre el monte bajo,
hierba y brezo.
Es importante seguir el track ya que
es fácil desorientarse. Me introduzco entre los árboles atajando, saliendo de
este modo al encuentro del viejo camino que sube desde Elvillar y que usaban el cartero, los trajinantes,
los comerciantes, los soldados, etc. con destino al otro lado, Bernedo.
Captación de agua |
Pero esta ruta como ya he dicho antes, tiene un marcado
carácter montañero, así que, por detrás del edificio de las bombas, buscamos
un sendero que desciende entre la
pared y el cauce del barranco. La divertida senda invita a lanzarse en el
descenso, más si cabe a medida que llegamos a la vorágine del pie de monte
donde encontramos una pista (836m.).
Esta es la bonita pista que ya conozco de haberla recorrido en
bici, y que nos transporta por rincones maravillosos, entre los robles, el
boj y las hayas.
Después de llanear un rato, nos toca ascender y llegar junto
al sendero que nos llevó a los yacimientos (ahora a nuestra izquierda), sin
embargo ahora bajamos por el camino que nos devuelve al Nacedero.
Una ruta difícil (con opciones más moderadas), verdaderamente
alucinante, muy montañera, que pondrá al límite nuestro instinto de
orientación, por una naturaleza “salvaje” y donde visitaremos algunos de los hogares de los antiguos pobladores de Rioja Alavesa.
Descárgate la ruta en Wikiloc: Vuelta a Montorte desde El Nacedero |
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