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viernes, 16 de abril de 2021

Ferrata Confinamiento (Ribafrecha)


Esta ruta es multidisciplinar, hemos querido aunar dos de nuestras variadas pasiones, la bici y otra “enredar” en la montaña, en una misma ruta, o dicho de otro modo, nos hemos desplazado en bici desde Logroño hasta la base de la vía ferrata Confinamiento ubicada en Ribafrecha.

Pero más de un@ se preguntará, ¿qué es una vía ferrata?, voy a intentar daros algo de luz sobre este asunto, aunque tampoco soy un experto; esta, es un itinerario artificial vertical u horizontal, equipado con apoyos para la progresión, como barras, presas, chapas, peldaños metálicos, pasamanos, cadenas, sirgas, puentes colgantes, etc. Es una forma muy controlada y divertida para que accedan al mundo vertical personas  con buena condición física pero no habituadas a la escalada y es un primer paso ideal para que los niñ@s vayan fogueándose con este tipo de trepadas muy seguras, aunque es importante dejar claro que el riesgo siempre existe.

Debemos equiparnos con un arnés al que conectamos un dispositivo  provisto por una Y de cuerda con dos mosquetones especiales para estas lides en los brazos y con un disipador de energía en el tronco que se une a nuestro arnés. El disipador es una cinta plegada cosida y metida en una funda que permite que en caso de un resbalón y caída, vaya amortiguando el tirón que se produciría en la cuerda, y que de otra forma podría ser nefasto para nuestra integridad. Otros elementos de seguridad obligatorios son: el casco, unos guantes y calzado adecuado.

 De esta guisa, vamos conectando nuestros dos mosquetones a una línea de vida metálica fijada a la pared de roca que protege todo el recorrido y avanzamos siguiéndola. Muy importante, siempre  tenemos anclado uno de los mosquetones a la sirga “salvadora” para no “escurrirnos”. Nunca se deben sacar los dos a la vez, en las diferentes maniobras para superar las uniones o trozos que se forman en instalación, mientras subimos o bajamos los bloques o pasajes expuestos. 

Esta ferrata deportiva es la primera equipada de su clase en La Rioja. Como precedentes (salvando las distancias), podríamos citar: el acceso inferior a la zona de escalada del Chorrón de San Marcos (Nalda), con un modesto tramo de estacas, sirgas y escalera de grapas o la divertida o la más sofisticada instalación privada, gestionada por Riojaventura del Parque de Aventura de Lumbreras de Cameros con tirolinas, puentes tibetanos, tramos de escalada, etc. para disfrutar toda la familia, pero claramente diferentes a esta instalación tronchera. Esta instalación de Ribafrecha fue construida y equipada junto a la margen derecha del Río Leza, frente a la localidad de Ribafrecha por Juan Carlos Navas, técnico de trabajos verticales y sistemas de seguridad en altura (A7 Verticales y Líneas de Vida), en fechas próximas al Confinamiento, de ahí su nombre.

Aproximación a pie de vía

Justo cruzado el puente que atraviesa el río Leza en dirección a Ventas Blancas en la LR-346, hay que salirnos por un ramal que baja hacia nuestra izquierda. Este nos lleva hasta los pilares del puente, donde hay un pequeño espacio para aparcar.

Un camino con rumbo S. remonta la margen derecha del río y pasa junto a unas construcciones a la izquierda. Pronto el camino se vuelve herboso entre las fincas y el Leza. A unos 334m el camino se acaba y una estaca nos marca el sendero a seguir.

Tomamos esta senda y pronto se nos presenta una variante a la izquierda, es el escape de la parte K2 (ferrata fácil) o acceso directo al K3 (ferrata difícil), nosotros seguimos hacia la derecha y una vez recorridos unos escasos 40m desde el final del camino, nos encontramos con un bloque de roca. Justo enfrente (en la otra orilla), antaño los niños y niñas troncheros se bañaban en las pozas del río (hoy están próximas las piscinas).


K2 (Fácil)

Aquí comienza el recorrido fácil, primero acometemos una trepada del bloque vertical de conglomerado de cerca de 4m, ayudados por los escalones metálicas o grapas donde ponemos manos y pies.

Una vez superado este primer obstáculo, accedemos a un puente de sirgas metálicas, una para chapar nuestros mosquetones de seguridad (el superior) y poner nuestras manos y otra el inferior, para avanzar con nuestros pies.

Tras un franqueo horizontal hacia el S., acometemos varias trepadas más o menos verticales, que se suben bien, ayudados por las grapas incrustadas y adheridas a la roca con resina (anclaje químico).

Ahora se nos presentan un par vistosos flanqueos hacia el N. (izquierda) ayudados por cadenas y escalones. Una vez superados, podemos darnos por satisfechos y descender por un escape que vuelve al sendero de acceso. 


Enlace superior con K3 (Difícil)

Pero si nos vemos capaces, nos ha parecido poco y aún queremos más, en este punto enlazamos con la parte difícil, que para ser exactos, comienza unos metros más abajo y que se comunica con el sendero de escape.

Nos encaramamos a un peñón vertical, al que vamos perimetrando su panza ayudados de un cinturón de pasamanos y grapas, la sensación es de más circo y las vistas del patio realmente impresionan.

Más adelante, nos alejamos de este coloso de roca hacia la ladera de la montaña atravesando otro vistoso puente de sirgas.

Después de una trepada final y subida por una escala metálica, llegamos a un sendero entre monte bajo que nos sube hacia unos frutales.

Regreso

Tras un florido final (en primavera), tomamos un camino hacia la izquierda, saliendo a otro más amplio, si tomásemos este Camino de Ribafrecha a Zenzano hacia la derecha, llegaríamos en cerca de 1,5Km a las Hoyas Loberas, unas dolinas próximas a unos acantilados sobre el río.

Nosotros continuamos bajando hacia la izquierda por un ramal pedregoso que nos conduce hacia el aparcamiento, desde donde caminamos hasta el lugar donde hemos dejado candadas nuestras bicicletas cerca de donde termina el camino. Contentos y con una nueva experiencia en nuestra “mochila” regresando en bicicleta por el mismo camino hacia Logroño.

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jueves, 1 de abril de 2021

Aventura en el Chorrón de San Marcos (Nalda)--Senderismo


Entretenida excursión a pie saliendo desde Nalda, hacia el maravilloso entorno de la ermita de San Marcos o mejor dicho del Chorrón de San Marcos que a buen seguro nos sorprenderá.

Para la salida, cogemos desde el mismo casco urbano de Nalda una senda que asciende al Cerro Cagurria (como referencia dejamos los depósitos de agua a nuestra derecha), es la Vuelta a Nalda un sendero de descenso de los recorridos de VicioEnduro Nalda.

El sendero tras subir al cerro que domina la localidad, nos conduce por un entorno de viñas, campos y frutales, mucho más atractivo y gratificante que el que sería acometer el inicio saliendo por la pista casi paralela.

Vistas desde Cerro Cagurria
En un momento dado, nos aproximamos al Barranco de Arca (que hace referencia a una popular fuente) remontando por su ladera izquierda (derecha según vamos ascendiendo).

Barranco de Arca

Al final vamos a salir a la pista del Camino de Los Adobes muy cerca de bonita senda (en frente) que asciende por el Barranco de Moro, hacia El Monolito o Peña del Fraile, que puede ser una interesante opción. Nosotros sin embargo seguimos por la pista hacia la derecha en amplio zigzag de ascenso, con vistas del valle a nuestra derecha.

Ascendemos al paraje de Los Adobes junto a unas ruinas a nuestra derecha y el panorama se va abriendo. Disfrutamos desde esta pequeña loma de la espectacular visión S-SO del anfiteatro que forman las cubres como las rocosas Peñas Valderas, Serrezuela y Peña Saida, divisoria entre el Camero Nuevo y Viejo, sin olvidar del tajo en la ladera poblada de pinos que es el cortafuegos de Cubaldón.

Camino de Los Adobes

Al poco encontramos a nuestra izquierda un cartel explicativo que nos muestra la rica e interesante zona de escalada de Nalda que se ha ido equipando recientemente. Justo en frente (derecha de la pista) un sendero desciende por la ladera orientada al barranco hacia las vías, que van bajando con componente N –S orientadas al hacia el O.

Yo continuo por la pista para poco más adelante tomar un atajo a la derecha que desciende entre monte bajo hacia el precioso entorno del Chorrón de San Marcos.

A mi izquierda queda el edificio reconstruido de lo que en su día fue la ermita de San Marcos, buen lugar para hacer una parada donde comer y beber algo.

A mi derecha sin atravesar el arroyo Torredano que forma este barranco, tomo un senderito que se dirige hacia un angosto paso entre la roca, es uno de los accesos a la zona de escalada .Encontramos una sirga a nuestra derecha (pasamanos) que nos facilita la progresión y más adelante cuando el tramo se hace más vertical también nos ayudan unas estacas metálicas incrustadas en la pared para colocar nuestros pies, como un modesto y pequeño prototipo de “vía ferrata”.

Atajo a la derecha (al fondo ermita de San Marcos)

Sirga a nuestra derecha (pasamanos)

Sirga y estacas metálicas incrustadas

Mientras remontamos la ladera derecha pegados a la espectacular pared, podemos disfrutar de las vistas de este intricado y mágico espacio de aventura, teniendo justo debajo el Chorrón de San Marcos. Este es una pequeña cascada adornada de abundante vegetación, la cual ocasiona que el agua al pasar por ella forme filamentos o pequeños chorros, que en invierno llegan a congelarse, produciendo una espectacular estampa.

Chorrón de San Marcos

Llegamos a una brecha en la roca la conocida como sima de los Mosquitos, entramos en la oscura abertura y encontramos que han instalado unos peldaños metálicos o grapas fijados en la pared que se elevan en esta angosta chimeneaSubiendo por esta escalera artificial hacia la luz vamos a salir a un pequeño escarpe desde el que podemos disfrutar de unas bonitas vistas. Estas ayudas, sirga, estacas, peldaños, no tienen que dejarnos olvidar, que esta tramo de la ruta tiene un carácter montañero y entraña ciertos riesgos, donde pueden surgir problemas imprevistos, aun estando acostumbrados a realizar pasajes de este tipo.

Sima de los Mosquitos
Escalera de peldaños metálicos o grapas

Seguimos el senderíto que va subiendo  erosionado por el deambular de los escaladores que se acercan a estos preciosos lugares y enseguida tenemos que superar una nueva prueba en esta pequeña aventura, tenemos que atravesar una estrecha grieta que nos obligará a cruzar un angosto pasillo pegados a las paredes  quitándonos la joroba (mochila). Hemos pasado por este “ojo de aguja” siguiendo el hilo conductor que va haciendo el sendero que da servicio  a las diferentes vías de escalada.

Estrecha grieta (antes)
Estrecha grieta (despues)
Zona de escalada

En un momento dado decido no progresar más (si hubiera seguido habría salido a la pista, junto al cartel), y me doy la vuelta para regresar hacia el fondo del barranco. Sin volver a atravesar la grieta, un sendero hacia la derecha se abre paso entre la espesa vegetación  y nos precipita hacia El Chorrón de San Marcos.

 Sendero hacia la derecha en bajada
Así podemos disfrutar del húmedo y vistoso lugar que se hunde bajo las verticales paredes que nos envuelven, gracias a un pequeño puente colgante recientemente habilitado para hacer más segura la visita a este paraje.
Chorrón de San Marcos
Chorrón de San Marcos (vista atrás)
Chorrón de San Marcos

Una vez atravesado este, podemos subir hacia la izquierda hacia el entorno de la ermita, pero nosotros decidimos seguir bajando entre un pasillo que el herboso sendero ha ido abriendo en la vorágine,  para en seguida llegar al Camino de Cubaldón que nos conduce por la margen derecha del barranco

Bajando entre un pasillo herboso abierto entre la vorágine,
Zona de escalada

 Camino de Cubaldón

Continuando el camino atravesamos un barranquillo y entre cultivos nos encaminamos hacia la ermita de Villavieja del S.XVII en las afueras de Nalda.

En la  base del Cerro Lutero (633m.) coronado por la ermita, un camino que lo rodea por su derecha, nos conduce hacia las ruinas del Monasterio de San Antonio, panteón de los Ramírez de Arellano, Condes de Aguilar, Señores de Cameros.

Atajo por el barranquillo
Monasterio de San Antonio

Accedemos al desolado y arruinado lugar construido en la primera mitad del s. XVII y entramos en una estancia octogonal es el panteón, cuyas paredes están llenas de nichos que en otro tiempo contuvieron los restos de los componentes de esta poderosa familia.

La sensación de abandono de lo que en otros tiempos fue un esbelto y rico monasterio Franciscano, no puede ser más triste y hace reflexionar sobre lo efímero que puede ser todo a lo largo del tiempo.

Monasterio de San Antonio,panteón de los Ramírez de Arellano,Condes de Aguilar

Panteón de los Señores de Cameros

Vuelvo hacia la ermita de Nuestra Señora de Villavieja (Patrona de Nalda) y subo hacia ella, para disfrutar de las vistas que proporcionan este bonito mirador.

Ermita de Nuestra Señora de Villavieja

Me dirijo hacia Nalda pero no quiero terminar este precioso paseo sin visitar las ruinas del castillo-palacio propiedad de los Ramírez de Arellano desde el cual fueron auténticos dueños del Señorío de Cameros entre 1366 hasta 1812, fecha de la abolición de los señoríos y que unas excavaciones arqueológicas están sacando a la luz de su enterramiento.

 Castillo-palacio de los Ramírez de Arellano,Señorío de Cameros

Aljive (usado como cárcel en en época tardía)

Las murallas, las torres, las estancias, los aljibes, las canalizaciones, la capilla, etc. todo está poco a poco saliendo de su letargo bajo la tierra y escombros que compactaron la cumbre de este cerro para usarse como eras tras su abandono.

Antigua la capilla

Vistas desde la cumbre del cerro , demolido el castillo pasó a usarse como eras 

Así desde hace poco tiempo con arduo trabajo se está alzando y restaurando esta altiva atalaya (652m.) que domina una rica vega de campos y frutales en las mismas puertas de Cameros.

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