Primavera en Valdezcaray--Esquí

Siempre resulta gratificante aprovechar una de esas oportunidades que te brinda la naturaleza, y así, entre aguacero y llovizna, partir desde el verde valle y pasar un espléndido día disfrutando en la blanca montaña.

5Cº marca el termómetro  ubicado en la cota 1530m (donde se localizan las taquillas) en la riojana estación de esquí de Valdezcaray (Ezcaray), este radiante día de primavera.

Este es uno de los últimos días en el que estará abierta al público la estación esta temporada 2012-2013 (de hecho se ha prolongado una semana más),-nunca es tarde-.

Acompaño a mi hijo (como un padre que enseña a conducir), que está dando “sus primeros pasos” en esto de lanzarse con unas tablitas sujetas a unas “incomodas cacho botazas”, deslizándose por las cuestas de nieve apelmazada e intentar hacer virguerías sin caer de culo, de barriga  o comer nieve -la verdad es que no se cayó ni una sola vez-.

A pesar de ser ya las 10 y pico no hay mucha gente -vendrá más en una hora cuando vean  por web, el día ¡ tan cojonudo ! que hace-.

Lo primero antes de nada ,es ir a alquilar las botas a mi vástago (cota 1620m.) –que con los estirones que pega, no damos abasto en comprarle calzado-.

Ya perfectamente equipados, con una buena nieve (polvo primavera)  y sin apenas viento (la cosa se irá torciendo a partir de mediodía, con el frente entrando por el W), nos disponemos a ir calentando, primero en las pistas azules para pasar a las rojas cuando el estado de confianza lo permita.   

¡ Vamos allá !

    

Así iremos subiendo cada vez más arriba en los cómodos telesillas y prolongando cada vez por más tiempo las bajadas-experimento una sensación de gozo, comparable a la que proporciona un buen descenso en bici o correr por un mullido bosque, o…”.

Father & Son

Colocobia

 Urdanta allí abajo y mas lejos Ezcaray

" ¡ Que verde era mi valle ! "

Cara Norte

 Los Pancrudos en primer término

Tras la obligada pausa para comer, proseguimos por la tarde,que se ha vuelto más desapacible –y ya se sabe, con la tripa llena…-. El caso es que después de casi hora y media, decidimos poner punto y final.

¡ Recogiendo !

Y nada, en poco más de una horíta y cuarto en coche,–¡ hijo despierta, que ya estamos en casa !-.